La compraventa de chatarra es el proceso por el cual una entidad debidamente autorizada en la gestión de residuos metálicos, adquiere o vende chatarra de diversos metales a empresas, industrias o particulares.
¿Cuánto cuesta el kilo de chatarra?
Depende de qué metal se trate. No obstante, las chatarrerías que ofrecen un servicio transparente y profesional tienen como primera referencia la cotización del metal puro según los mercados bursátiles más importantes. A partir de ahí, la tasación dependerá de otros factores tales como la demanda de dicho metal o aleación tanto en los sectores industriales que lo precisan como en las compañías de fundición. Cabe señalar que el estado de la chatarra también influirá en su precio final.
¿Qué compran las chatarrerías?
Como todo negocio de compraventa de chatarra, se encargan de reciclar y gestionar metales. Estos se dividen en dos grandes grupos: Ferrosos y no ferrosos. O dicho de una manera más coloquial, el hierro y a partir de ahí los demás (cobre, aluminio, plomo, zinc, níquel, estaño… y un largo etc).
Un buen gestor de residuos gestiona todos ellos en diferentes formatos. De este modo, cada metal puede presentarse en formas distintas como chatarra comercial, recortes, virutas, chapa, radiadores o cables. Para ello, la industria chatarrera se ha modernizado mucho tanto a la hora de tratar el metal con la maquinaria más avanzada como también prestando servicios más personalizados. Con respecto a este último punto debe hacerse referencia a la “recolección a domicilio” con camiones y contenedores chatarreros o, también, la gestión de metales en obras de derribos y demoliciones.
¿Cuál es el mejor material para reciclar?
Todos los metales y aleaciones susceptibles y necesarias de reciclar. Su reutilización y optimización es vital para la conservación del medio ambiente y la salud del planeta. No obstante, existen algunos metales con propiedades especialmente aprovechables en este sentido.
Aluminio: Este metal puede ser reciclado y vuelto a usar para crear distintos objetos o productos como sea necesario. Podría decirse que es una de esas materias primas reutilizables por excelencia. Una misma pieza de este material puede fundirse y usarse tantas veces como se quiera sin perder sus cualidades ni propiedades.
Cobre: Idéntico al aluminio en cuanto a reciclabilidad. Además, su uso se expande no solo a objetos, productos o industrias. De este metal también está compuesto el cableado y los circuitos de telecomunicaciones.
Hierro: Quizá el más aprovechable. Por dos razones: Su chatarra se puede utilizar para fabricar otros elementos metálicos como el acero. Además, más del 90% de la producción de metales en el mundo gira en torno a generar hierro.
Latón: Otro de los metales reaprovechables para la compraventa de metales.
Plomo: Siempre y cuando no esté en contacto con otros productos tóxicos.
El material reciclado tiene muchas utilidades. En la mayoría de los casos, nos centramos en verlo como un elemento de gran uso para industrias de todo tipo.
En algunos casos concretos, incluso podemos identificar acciones creativas con envases reciclados, a nivel decorativo y funcional, principalmente de ámbito doméstico.
Ahora que se acerca una Navidad aún marcada por el COVID y con los problemas medioambientales todavía muy presentes en nuestro día a día, nos planteamos unas fiestas diferentes, más sostenibles, con adornos que podrían estar creados con material reciclado.
Adornos de Navidad reciclados
La creatividad se abre paso en este ámbito. Los adornos de Navidad hechos con chatarra y material reciclado son cada vez más aprovechados, por familias que quieren celebrar unas fiestas igual de coloridas que siempre, pero con un aporte importante en lo referente a sostenibilidad.
Los adornos del árbol de Navidad son los que mejor acogen esta práctica. Para eso, las cápsulas de Nespresso y marcas similares, son de gran ayuda. Ten en cuenta la cantidad de estos envases que se desechan como residuos.
En lugar de ello, podemos integrarlas con las luces del árbol, que quedarán por dentro de cada una de ellas, creando un entorno lumínico único.
Si tienes bolas de plástico transparente, puedes aprovechar CD’s no utilizables o desechables, para adornarlas. Córtalos en trocitos y pégalos indistintamente en la superficie de cada bola, para crear un efecto brillante que te sorprenderá.
Los tapones de corcho de botellas como las de vino, también ofrecen un gran aporte. Usa la creatividad y verás que puedes crear con ellos todo tipo de escenas navideñas, desde un belén hasta arbolitos y copos de nieve que puedes colgar directamente en el árbol de Navidad.
¿Tienes chapas de botellas? La parte inferior suele ser blanca, algo que puedes fácilmente decorar con cualquier tipo de pintura. Prueba a unir 3 chapas blancas entre sí y verás lo fácil que es convertirlas en un muñeco de nieve.
Otro residuo al que puedes dar una segunda vida útil muy creativa son las bombillas. Gracias a que se pueden pintar y decorar con distintos objetos, son fáciles de transformar en casi cualquier cosa. Serán tus adornos del árbol favorito estas Navidades.
Compra tu árbol de Navidad de material reciclado
La compra de árboles de Navidad ha sido durante mucho tiempo constante entre muchas familias, que han querido contar con la mejor decoración festiva en sus hogares.
Sin embargo, la necesidad de ahorrar algo de dinero, intentar reducir la tala de árboles relacionada con este ámbito y las necesidades de buenas prácticas medioambientales, están motivando cada vez más la compra de árboles de Navidad reciclados.
A ello se suman numerosas asociaciones, que destinan las ganancias obtenidas con la venta de estos árboles de Navidad con materiales reciclados a causas humanitarias y sociales, en definitiva, para ayudar a los demás.
Por tanto, si este año lo consideras oportuno y quieres ayudar al medio ambiente, como también a otras personas en situación más desfavorecida, la compra de estos árboles con material reciclado puede ser la mejor acción que puedes hacer estas Navidades.
El reciclaje de vehículos es una de las líneas de acción más importantes en el sector. Un coche tiene gran cantidad de elementos que son reciclables y pueden utilizarse en la producción de muchos productos.
No obstante, el coche también es receptor de C Analizamos en este artículo la situación actual de coches reciclados y de los materiales reciclados para crear nuevas piezas de vehículos.
¿Coches reciclados o materiales reciclados para coches?
Un coche reciclado cuenta con distintos elementos de vehículos anteriores, que han podido aprovecharse en la fabricación de nuevas unidades.
Los aceites pueden refinarse y extraer la base lubricante para utilizar como combustible de uso industrial y también como base para nuevos aceites.
El plomo de las baterías también se puede aprovechar mediante el reciclaje, para crear nuevas baterías de coche.
El metal del chasis otro de los materiales más reciclados es lo que se puede considerar como la chatarra generada por el vehiculo, el chasis al ser metálico es prensado y procesado y fundido para generar nuevos componentes.
El polvo de caucho de los neumáticos es utilizado para fabricar pastillas de freno de camiones. Los neumáticos, además, son reutilizados o recauchutados, para lo que hay que sustituir la banda de rodadura por una nueva.
El vidrio, por descontado, es reutilizable, tanto para utilizar de nuevo en ventanas de los vehículos como para otros fines.
En cuanto a materiales no propios de un vehículo que son reciclados para su uso en coches, destaca por ejemplo el plástico de botellas PET. Algunos coches lo utilizan para crear los asientos, combinados con otros productos reciclados.
El plástico reciclado, de hecho, es el material preferido para la fabricación de distintas piezas y componentes, que forman parte de la mecánica del vehículo, ya sea como revestimiento, para los cojines de los asientos, etc.
Los vehículos con material reciclado más conocidos
Algunos de los vehículos más reconocidos en la actualidad, utilizan materiales reciclados en su proceso de fabricación.
El eléctrico Nissan LEAF es uno de los que mayor popularidad ha conseguido, entre otras prestaciones por el hecho de haber aprovechado plástico PET y materiales de electrodomésticos reciclados, para los asientos y la consola central, respectivamente.
BMW es otra marca comprometida con el reciclaje. Desde su primer eléctrico, la sostenibilidad se ha convertido en uno de sus mayores atractivos. Llegaron a utilizar un 90% de materiales reciclados para fabricar el interior del vehículo.
El imponente Ford Mustang (junto a otros modelos de la marca), también se ha adaptado a la perfección al mundo del reciclaje.
En estos vehículos se ha aprovechado hilos de fibras de botellas de plástico para los cojines de los asientos. Es algo que también se ha aplicado en el F-150 o el Ford Escape. De hecho, el modelo 2020 de Escape también utiliza plástico reciclado para proteger la parte baja del motor y las tolvas del arco de las ruedas.
En KIA se han volcado en el reciclaje de materiales que vienen de la celulosa y de la caña de azúcar. En su modelo Soul EV, hasta 19 partes del interior (como techo, puertas o asientos), aprovechan estos elementos reciclados para su fabricación.
El número de coches fabricados con materiales reciclados sigue creciendo, conforme se constatan las propiedades que aportan a la industria automovilística.
Si bien no cabe duda de que la recogida de chatarras constituye la solución ideal para empresas y particulares cuando se trata de deshacerse de materiales metálicos que no necesitan, al poder acceder a facilidades para su retirada responsable e incluso obtener un rédito económico, no deja de ser importante tener en cuenta que no todas las compañías dedicadas a este propósito trabajan igual, y que los precios están sujetos a notables fluctuaciones en este sector.
Así, de una elección adecuada al buscar proveedores para la gestión de este tipo de residuos puede depender en gran medida el importe a obtener cuando acuerdes la venta de tus residuos metálicos. En este sentido, merece la pena constatar que la empresa compradora de chatarra ofrezca una tasación diaria clara y que el pesado de los materiales se realice de manera rigurosa. Es posible comprobar los precios que se establecen para tu zona.
Vender chatarra a su precio justo y con garantías de buenas prácticas
De igual manera, nos encontramos ante un procedimiento con una alta relevancia a nivel ecológico, por lo que resulta importante asegurarse de que la empresa a la que acudas garantice un proceder adecuado, siguiendo los cauces establecidos, a fin de minimizar el impacto ambiental de sus labores. Una empresa de garantías deberá contar con las certificaciones correspondientes que atestigüen su autorización oficial para abordar estos procedimientos.
Saber que la gestión de tus residuos está en buenas manos es sin duda un plus a tener en cuenta. No olvides, además, que las empresas mejor capacitadas disponen de medios que facilitan el desmontaje y la recogida de los distintos elementos que puedas querer retirar, de forma que todo te resulte más fácil.
Si tienes pensado concertar una recogida de chatarras, puedes tener claro que en nosotros tienes a un aliado de confianza con el que concertar este proceso. En RecimetalBakiola nos distingue una apuesta decidida por el aprovechamiento de todos los materiales posibles. Desempeñamos nuestra labor bajo el aval de nuestra experiencia y con todas las autorizaciones correspondientes para la desmontaje, gestión y el transporte de residuos.
El cobre es un supermaterial que puede eliminar hasta 100 millones de bacterias y patógenos por minuto y los científicos están investigando si se convertirá en nuestro próximo aliado contra el COVID-19. Y es que mientras que en cartón, plástico o acero inoxidable el virus permanece durante días, se ha comprobado que sobre el cobre desaparece en solo cuatro horas (según The New England Journal of Medicine).
De momento se está utilizando en algunos hospitales y laboratorios en grifos, puertas y superficies de trabajo porque reduce hasta un 58% las infecciones médicas. Y el estudio de diseño y arquitectura californiano M-Rad acaba de inventarse una unidad portatil de test rápidos del virus hecha enteramente de cobre.
Pero es que además, un equipo de investigadores de varias universidades chilenas, coordinado por el doctor Aarón Cortés, está ultimando un estudio que puede probar su eficacia para eliminar el COVID-19. “El cobre ataca a bacterias, hongos y virus. Cualquier microbio se ve afectado por este metal porque lo que hace es romper la cápsula exterior que tienen todas las partículas virales y eso hace que se inactive el virus y que impida su reproducción”, explica Cortés.
Se ha comprobado, de hecho, que es capaz de matar de 10 a 100 millones de bacterias por minuto, lo que lo convierten, junto al oro y la plata, en uno de los pocos capaces de atacar de forma definitiva a hongos, bacterias y virus, pero mucho más barato. De hecho, es el único admitido por la prestigiosa Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos por sus propiedades contra los microbios.
“La primera línea de investigación que seguimos fue para la industria minera. Se fabricaron calcetines y ropa interior con fibra de cobre para los mineros, porque ellos estaban expuestos durante muchas horas en ambientes muy húmedos y en un 80 % desarrollaban patologías e infecciones en los pies. La ropa con fibra de cobre tuvo un impacto muy significativo en la mejora de estas patologías”, explica Cortés.
¿Qué hace diferente al cobre?
Vale, ya sabemos que se trata de un material especial, diferente y que ha acabado con los virus desde hace miles de años, pero ¿por qué? ¿Qué tiene en su composición que le permite ser tan letal con los virus? Sola da alguna pista: «En un trabajo de 2015 con el coronavirus 229E hicieron un estudio bastante riguroso y proponen que en superficies de Cu se forman iones de Cu que dan lugar a radicales de oxígeno que alteran la estructura y el genoma del virus». Ese trabajo es el de Keevil que da más información al respecto.
Según este científico, los metales pesados, incluidos el oro y la plata, son antibacterianos, pero la composición atómica específica del cobre le otorga un poder de destrucción adicional. El cobre tiene un electrón libre en su capa orbital externa de electrones que participa fácilmente en las reacciones de oxidación-reducción (lo que también hace que el metal sea un buen conductor) que acaban con el virus. La plata y el oro no tienen el electrón libre, por lo que son menos reactivos.
Además, cuando un virus o bacteria cae sobre el cobre, los iones lo destruyen como si fuera una defensa antiaérea, evitando así la respiración celular y creando radicales libres que aceleran la muerte. Y lo que es aún más importante y puede ser la clave para que a pesar del paso del tiempo nada pueda resistirse al cobre, los iones buscan y destruyen el ADN y el ARN dentro de una bacteria o virus, evitando las mutaciones del virus que pudieran generar resistencias al cobre. Un complejo sistema que permite a este metal seguir funcionando incluso sucio u oxidado y sin la intervención del humano en ningún momento.
«El cobre es realmente un regalo de la naturaleza, ya que la raza humana lo ha estado utilizando durante más de ocho milenios«, asegura Schmidt. Pero, si se sabe tanto sobre el potencial de este metal, ¿por qué no se está usando más? Según el estudio de World Copper Factbook de 2019 no nos estamos quedando sin provisiones de este metal y es uno de los metales más reciclados: casi todo el cobre puede reciclarse y no perder nada de sus propiedades, por lo que las razones han de ser otras.
A veces pensamos en grandes soluciones futurísticas para acabar con virus como el que mantiene encerrado al mundo. Imaginamos inventos que puedan ayudar a parar la pandemia, que nos den opciones para frenar el contagio y seguir con nuestra vida sin un rebrote, pero puede que muy útil mirar también al pasado. El confinamiento no es una solución nueva, y está siendo efectiva, lo mismo pasa con las mascarillas, y ahora los expertos apuntan a otra solución ‘milenaria’ que habíamos pasado por alto hasta hace algo más de un mes y que ahora ha vuelto al foco de los investigadores: el uso del cobre como material para frenar los contagios.
Tras los esperanzadores resultados, no hay que olvidar que uno de los principales focos de infección es el contacto de nuestras manos con superficies donde está presente el virus, muchos volvieron a mirar a un viejo aliado contra bacterias y virus que, como recuerdan en medios como Smithsonian Magazine o Vice, la humanidad conoce desde el 3.000 a.C. (se usaban piezas de cobre para desinfectar heridas o evitar infecciones). Eso sí, a los que ya habían estudiado en estas últimas décadas las bondades de este material no solo no les sorprendió descubrir que ni el Covid pudiese contrarrestar este potencial sino que lo que les llamó la atención es que nadie lo hubiese tenido en cuenta antes.
Uno de esos expertos es Bill Keevil, un investigador de microbiología de la Universidad de Southampton (Reino Unido) que ha estudiado los efectos antimicrobianos del cobre durante más de 20 años. Este científico ha probado la capacidad antimicrobiana del cobre con virus como el MERS o el H1N1 (la gripe porcina o gripe A) e incluso en 2015 hizo un detallado estudio sobre la relación de este metal con el coronavirus 229E, de la misma familia que el SARS-Cov-2 y que provoca el resfriado común y la neumonía. El cobre fulminó el virus en minutos mientras que en acero inoxidable o en vidrio duró hasta 5 días por lo que se pensó que el uso de este material podría a ayudar a frenar las epidemias de gripe.
«Una de las ironías es que la gente coloca acero inoxidable porque parece limpio y, en cierto modo, lo es, pero entonces el argumento es, ¿con qué frecuencia limpias? No limpiamos con la suficiente frecuencia. El cobre, por el contrario, sigue desinfectando sin limpieza alguna«, explica Keevil a la revista Smithsonian. Su trabajo es uno de los más conocidos pero no el único realizado en los últimos años.
Otro experto, Michael G. Schmidt, profesor de microbiología e inmunología en la Universidad de Medicina de Carolina del Sur especializado en la investigación del cobre en entornos de atención médica también ha hecho estudios con muy buenos resultados y que pueden dar pista para el caso actual. El estudio más importante realizado por Schmidt, financiado por el Departamento de Defensa de EEUU, examinó en 2012 el uso del cobre en superficies que incluían barandillas, mesas de bandejas, postes intravenosos y reposa brazos de tres hospitales de todo el país. Esa investigación de 43 meses reveló una reducción del 83% de microbios en todos estos objetos en relación con los que estaban fabricados con otros materiales y las infecciones hospitalarias se redujeron en un 58%.
Esto también lo avala Isabel Sola, en conversación con Teknautas. Según la co-directora del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología y experta en este tipo de virus, «efectivamente, se ha visto con este nuevo coronavirus, y ya se había visto con otros coronavirus antes. La supervivencia del virus en superficies de cobre (Cu) es bastante menor que en otras superficies (unas horas frente días). Estos estudios son rigurosos y se han publicado en revistas científicas, así que no dudo que la observación sea correcta».
¿Qué hace diferente al cobre?
Vale, ya sabemos que se trata de un material especial, diferente y que ha acabado con los virus desde hace miles de años, pero ¿por qué? ¿Qué tiene en su composición que le permite ser tan letal con los virus? Sola da alguna pista: «En un trabajo de 2015 con el coronavirus 229E hicieron un estudio bastante riguroso y proponen que en superficies de Cu se forman iones de Cu que dan lugar a radicales de oxígeno que alteran la estructura y el genoma del virus». Ese trabajo es el de Keevil que da más información al respecto.
Según este científico, los metales pesados, incluidos el oro y la plata, son antibacterianos, pero la composición atómica específica del cobre le otorga un poder de destrucción adicional. El cobre tiene un electrón libre en su capa orbital externa de electrones que participa fácilmente en las reacciones de oxidación-reducción (lo que también hace que el metal sea un buen conductor) que acaban con el virus. La plata y el oro no tienen el electrón libre, por lo que son menos reactivos.
Además, cuando un virus o bacteria cae sobre el cobre, los iones lo destruyen como si fuera una defensa antiaérea, evitando así la respiración celular y creando radicales libres que aceleran la muerte. Y lo que es aún más importante y puede ser la clave para que a pesar del paso del tiempo nada pueda resistirse al cobre, los iones buscan y destruyen el ADN y el ARN dentro de una bacteria o virus, evitando las mutaciones del virus que pudieran generar resistencias al cobre. Un complejo sistema que permite a este metal seguir funcionando incluso sucio u oxidado y sin la intervención del humano en ningún momento.
«El cobre es realmente un regalo de la naturaleza, ya que la raza humana lo ha estado utilizando durante más de ocho milenios«, asegura Schmidt. Pero, si se sabe tanto sobre el potencial de este metal, ¿por qué no se está usando más? Según el estudio de World Copper Factbook de 2019 no nos estamos quedando sin provisiones de este metal y es uno de los metales más reciclados: casi todo el cobre puede reciclarse y no perder nada de sus propiedades, por lo que las razones han de ser otras.
¿Por qué no se usa más?
Una empresa australiana ya ha comenzado a crear pomos de puertas de cobre y científicos chilenos, cuyo país es el principal productor de cobre del planeta, han apostado de forma decidida por este material e incluso están ideando mascarillas con cobre. Sin embargo, Schmidt y Keevil creen que se podría hacer mucho más.
Normalmente se ha apostado por otros materiales por ser más baratos y, según el director de la empresa de metal SPEE3D’s, Byron Kennedy, la aparición de los antibióticos también pudo ayudar a que dejáramos de lado el cobre por no ser tan necesario, pero los investigadores lo tienen claro. Incluso contando con ese dinero de más que vale el cobre la diferencia se recuperaría en dos meses al bajar el número de infecciones. Y teniendo en cuenta que el cobre nunca pierde su capacidad de matar microbianos, los hospitales rápidamente ahorrarían y evitarían costes extra.
«Su recuperación está literalmente en menos de dos infecciones», asegura Schmidt, que asegura que lleva desde 2013 «literalmente rogando, arrastrándome, suplicando, con todos y cada uno de los involucrados para crear una sola habitación de hospital con materiales de cobre«. Ya ha conseguido que alguna empresa apueste por su idea pero queda mucho.
En España de momento no han aparecido grandes iniciativas ni de investigación ni de aplicación del cobre antimicrobiano como posible ayuda para frenar al SARS-CoV-2. Algo que puede resultar llamativo, ya que somos uno de los principales productores de cobre del mundo, estamos en Top 3 en la Unión Europea en producción de cobre y solo la mina de Riotinto es la número 20 en capacidad a nivel mundial. A falta de más estudios e implementaciones todo apunta que este metal ‘milenario’ puede servirnos contra los patógenos una vez más.
¿Dónde van los barcos al morir? Hemos hablado muchas veces de los cementerios de barcos. Son lugares donde nos invade una forma de belleza muy específica, la que deja un poso de mala conciencia: son un desastre ecológico, sí; la eclosión de la irresponsabilidad institucionalizada, también; pero, pese a todo ello, sitios repletos de imágenes que quitan el aliento. Afortunadamente, no todos los barcos acaban allí.
La mayoría, de hecho, acaban desguazados. Y, creedme, que el espectáculo de ver como desmontan barcos gigantes no es menos espectacular que uno de esos cementerios de naves. Como muestra os traigo este vídeo al que llevo a través de Juan A Oliveira: un timelapse de siete minutos que muestra como un barco de 4.000 toneladas queda reducido a chatarra. Pasen y vean.
El viaje de un barco hacia la nada más absoluta
Se trata del MV Kaami, un navío con bandera de Bahamas, que encalló el 23 de marzo de 2020 por el noroeste de Escocia. Justo entre mainland y las Hébridas. Los equipos de rescate tardaron seis semanas en recuperar el carguero, pero los daños fuero lo suficientemente profundos para que fuera remolcado hasta el puerto de Kishorn donde fue desmantelado.
Tras su desguace, los barcos suelen aprovecharse en acerías y otras industrias porque la mayor parte del material no son directamente reutilizables. En este caso, fue el equipo de John Lawrie, especialistas en metal reciclado, el que se encargó del proceso y, además, el que ha subido las imágenes a Youtube para que podamos disfrutarlas. En su canal, además, se pueden encontrar cosas muy curiosas como los procesos que usan para limpiar conductos o cómo se carga un barco de material para ser reciclado.
Jaguar Land Rover descubre cómo utilizar aluminio reciclado para sus futuros modelos
Jaguar Land Rover ha descubierto a través de una cara investigación que es posible fabricar coches a partir de materiales reciclados, en concreto aluminio. El fabricante asegura que, gracias a un innovador proceso de reciclaje, se podrían aprovechar las latas de refresco, tapas de botellas e incluso otros vehículos que han llegado al final de su vida útil para fabricar los vehículos del futuro.
Así, la marca británica asegura que ha desarrollado un prototipo de aleación nuevo cuya calidad se asemeja a la de sus modelos actuales.
Una segunda vida al aluminio
En el proyecto, bautizado como ‘Reality’ y con un presupuesto de 2.000 millones de libras, los ingenieros de la firma británica pudieron utilizar las piezas de aluminio reciclado y mezclarlas con una menor cantidad de aluminio primario.
De esta manera, aseguran, han podido formar un prototipo de aleación nuevo y probado, comparable al grado y la calidad que ofrece Jaguar Land Rover en la actualidad.
Un proceso que asegura reducirían las emisiones de CO2 en el proceso de producción un 26 %.
Según explica la marca, por lo general, la chatarra de vehículos al final de su vida útil se exporta al extranjero, donde se puede reutilizar para aplicaciones de gama baja, pero la nueva tecnología de separación que ha descubierto ha permitido reciclarla nuevamente en el proceso automotriz.
Sin duda se trata de un material fácil de encontrar dada la cantidad de envases que se consumen en el mundo a diario. El aluminio se puede encontrar en latas de bebidas, aerosoles, bandejas de papel de aluminio y tapas de botellas y permite fundirlo y reformarlo repetidamente sin perder calidad.
Una tendencia hacia lo vegano y natural
Jaguar Land Rover ya tiene una línea de materiales veganos desarrollados para equipar sus SUV Range Rover Evoque, Range Rover Velar y Jaguar I-Pace 2020.
Cuenta, por ejemplo, con un textil producido a partir de fibras de eucalipto que precisa mucha menos agua que los materiales tradicionales como el plástico y el Alcantara y puede teñirse para que coincida con cualquier color,
Muchas otras marcas están apostando por los materiales reciclados para fabricar sus coches, sobre todo los elementos del habitáculo.
El ejemplo más reciente lo encontramos en el primer coche eléctrico de Mazda, elMX-30, en cuyo interior hay corcho natural sobrante de la producción de tapones para botellas y fibra confeccionada a partir de botellas de PET recicladas.
Ford por su parte asegura que recicla 1.200 millones de botellas de plástico cada año que van a parar a los componentes de los coches que fabrica, y ha desarrollado además una espuma de asiento de soja.
Toyota fabrica el material de los asientos a partir de glicol de caña de azúcar renovable en lugar de glicol derivado del petróleo, mientras que Hyundai obtiene roca volcánica molida para formar las cubiertas de los pilares de soporte de sus sedanes.
El impuesto de carbono de la Unión Europea puede cambiar muchos acuerdos comerciales no sólo en la Unión Europea, sino en las relaciones que tiene los países miembros por todo el mundo.
La Comisión Europea prometió el impuesto de carbono, pero todavía está lejos de ser efectivo, aunque ya se comentan los posibles efectos que puede tener, ya que, al tasar el carbono en los países miembros, el impuesto puede cambiar la normativa climática de cada uno de ellos.
La Ley Climática Europea prevé la creación del impuesto de carbono para 2023
En el marco de las negociaciones entre los diferentes responsables de la Unión Europea se ha aprobado el plan de cambio climático. Con más de 500 mil millones de euros dedicadas a medidas ecológicas, este tratado prevé la protección de trabajo y efectos medioambientales, además de cumplir el Acuerdo de París.
La Ley Climática Europea establece el calendario para la implementación de la política para la reducción de las emisiones de los países miembros de la Unión Europea.
En concreto, prevé la introducción del impuesto de carbono en el 2023, lo cual afecta a las industrias del cemento, vidrio, acero, fertilizantes y combustibles fósiles.
El impuesto de carbono puede conseguir nuevos acuerdos comerciales
La ley establece que bienes importados de fuera de la Unión Europea no cumplen con los estándares de baja contaminación que dentro de las fronteras de la UE tendrán que pagar el impuesto del carbono.
El impuesto del carbono es lógico, ya que se puede pedir la reducción de las emisiones a la producción de bienes que se realizan de las fronteras de la UE, al menos de una forma indirecta. Por tanto, la idea es proteger a los fabricantes de Europa de los productos contaminantes importados de países que no cumplan con el Acuerdo de París.
Se establece también que los exportadores a reformular sus métodos de producción si quieren seguir ofreciendo sus productos en los países miembros de la UE. Incluso esto puede llevar a acuerdos comerciales para el cumplimiento de las normas climáticas.
Si se consigue un acuerdo entre la Unión Europea con China, India, Japón e incluso los Estados Unidos en materia de acuerdos comerciales con la reducción de emisiones, se puede crear nuevos acuerdos comerciales y eliminar problemas en las emisiones desde una solución globalizada.
El impuesto de carbono puede resultar injusto para países en vías de desarrollo
Los países miembros de la UE están produciendo el 9 por ciento de las emisiones de carbono, pero Estados Unidos y China producen el 41 por ciento de las emisiones de carbono del planeta. Por tanto, si Europa endurece la normativa y el resto del mundo no hace nada, las empresas se pueden ir de Europa.
Por tanto, el impuesto de carbono en frontera es la mejor solución para que no pase esto, ya que, si otros países no toman medidas, la UE protege la industria y la economía frente a la competencia basada en las emisiones de carbono.
A medio plazo, se podrá encontrar que existe un mercado globalizado dividido entre los países de bajas emisiones de carbono y otros con altas emisiones de carbono que por fuerza tienen que comercializar entre ellos.
Aunque el impuesto de carbono no empieza a negociarse hasta el 2021 y tendrá que pasar por un largo proceso, además de diferentes desafíos legales, técnicos y de justicia social y climática.
La decisión de imponer el impuesto de carbono a los países con menos recursos refleja ciertas prácticas de transferencia de la riqueza del mundo en desarrollo a los países considerados del mundo desarrollado y, por tanto, quedando en desventaja comercial.
Nunca se podrá considerar el impuesto de carbono equitativo o justo si es un impuesto unilateral por la Unión Europea, y el gran problema de las acciones climáticas, por muy agresivas que sean, no afectan demasiado a las emisiones de carbono a nivel mundial si se hace de forma localizada y no se plantea de forma homogénea.
Por tanto, la Unión Europea necesita encontrar diferentes vías para difundir de forma práctica y políticas para disminuir las emisiones de carbono de forma global teniendo en cuenta las desigualdades que existen entre los diferentes países.
Desde Recimetal Bakiola contribuimos a la disminución de las emisiones de carbono, mediante el reciclado de materiales, evitando el carbono resultante de la extracción de estas materias.
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