¿Cómo se recicla un coche?

Ahora, pensando un poco más en el medio ambiente que hace años, la Administración pretende que en 2015, se pueda aprovechar el 95% del coche. Según la Asociación Española para el Tratamiento de los Vehículos Fuera de Uso (SIGRAUTO) y la Federación Española de la Recuperación (FER), España al menos recupera actualmente el 95% de todos los vehículos que han dejado de funcionar, mientras que la media europea ronda el 85%.

El camino hacia la reencarnación, con ruedas o sin ellas, pasa por el proceso de descontaminación al que todos los desguaces se han tenido que abonar por ley. Para cumplir la norma, estos centros deben hacerse cargo del coche que reciban dado de baja definitiva, y garantizar que va a ser convertido en chatarra. Al hablar de cómo se recicla un coche, no importa que se trate de una unidad del popular Seat Panda en su típico color cremilla o un prototipo de Ferrari único en el mundo pintado de un color exclusivo: si un vehículo entra en un desguace, debe ser prensado sin remedio. Eso sí, desprovisto de todos los elementos que se puedan vender o reutilizar.

Cómo se recicla el resto del coche

Cuando un vehículo ya no tiene motor, líquidos, neumáticos, batería, plásticos, ni ninguna otra pieza que se pueda (o quiera) aprovechar, se envía a la prensa para convertirlo en chatarra. El problema es que separar todos los “no metales” es algo costosísimo en tiempo y dinero, y los desguaces tienen de todo menos paciencia.

Coches prensados

Cuando un vehículo se prensa definitivamente, viaja luego en forma de chatarra a una empresa especializada, que se encarga de quitar las impurezas y fundir los restos. De esta manera, se consiguen nuevos metales, muy útiles para fabricar mallados de refuerzo de obras y carritos de la compra (acero); lavadoras y coches más ligeros (aluminio); cables y alambres buenos conductores de electricidad (cobre), entre otros.

Neumáticos

Antiguamente, los neumáticos se quemaban en torres para hacerlos desaparecer, pero debido a su gran poder contaminante, ahora se recauchutan para seguir rodando, se les despoja de las cámaras y de los alambres para hacer columpios o se usan tal cual como topes en garajes y embarcaderos.
Debidamente triturados, son excelentes aislantes en planchas para establos y polideportivos. Hace tiempo, el Gobierno español empezó a hacer reformas legales para que se trate obligatoriamente el 98% de las 35.000 toneladas de gomas que se tiran cada año antes de 2008 y que el 50% se use para hacer carreteras (más silenciosas y duraderas).

Motores y baterías

Si una pequeña pila de transistor puede contaminar un tramo entero de río debido a su alta condensación de mercurio o litio, imagina lo que puede hacer también una batería con su contenido en ácido sulfúrico y plomo. El fabricante Varta ha desarrollado un proceso dentro de hornos especiales para obtener sulfato de sodio (empleado durante la producción del cristal o añadido al detergente para hacerlo más granulado).
El plomo se usa en los refrigerantes de las neveras, en medicina nuclear como protector antirradiaciones, como lastre para los submarinistas, en los cimientos de edificios preparados contra terremotos…

Conclusión

Parece que el futuro pasa obligatoriamente por volver a usar todo lo que ya no sirva. En la ropa, el reciclaje es una moda; en el arte, una ¿nueva? forma de expresión. Pero en el caso del reciclaje de un coche, se trata más bien de una necesidad urgente. Resucitar un vehículo supone un ahorro importante de espacio (hay pueblos españoles en los que los cementerios de coches son mucho más grandes que los de personas), de energía y de dinero. Aunque se vaya por el buen camino, aún queda mucho por hacer. Pero si hemos logrado aquí dar vida a un trozo de plastilina (que entre otras cosas se deriva también del petróleo), resucitar el planeta con el reciclaje de automóviles no debe de ser una tarea imposible, ¿no?